domingo, 28 de julio de 2013

LOS HIJOS DEL PINTOR EN UN SALÓN JAPONÉS MARIANO FORTUNY

LOS HIJOS DEL PINTOR EN UN SALÓN JAPONÉS 1874
Los hijos del pintor en un salón japonés
óleo sobre lienzo 44 x93 cm
Museo Nacional del Prado, Madrid




El gusto por lo japonés se había impuesto en la sociedad europea de finales del siglo XIX, sobre todo en Francia. Los burgueses decoraban alguna de las habitaciones de sus casas a lo oriental y los pintores buscaban en las estampas japonesas su fuente de inspiración, como harán buena parte de los Impresionistas. Fortuny también se siente atraído por lo oriental desde el punto de vista decorativo, por eso sitúa a sus dos hijos - María Luisa y Mariano - jugando en un salón decorado en un estilo oriental, con sus típicas estampas. Su afición por lo cotidiano le hace representar la escena como si el espectador estuviera presente. Sin olvidar su estilo preciosista y minucioso con el que ha alcanzado la fama, la temática empleada hace que la imagen parezca diferente de lo que Fortuny nos tiene acostumbrados. Al realizarse durante el verano de 1874 supone una especie de desintoxicación del pintor, harto ya de los cuadros de casacón que tanta demanda y éxito estaban obteniendo.

Los hijos del pintor en un salón japonés es la pintura que anuncia mejor su intención de abandonar el lenguaje artístico que le había llevado al triunfo y emprender un nuevo camino, tal como el propio Fortuny manifestó en algunas cartas que datan de aquel momento. Walther Fol, que siempre mantuvo un contacto asiduo con el artista , afirma que durante su estancia en Portici, Fortuny pudo finalmente " dar cuerpo a ciertas ideas que iba alimentando desde hacía tiempo :introducir en la pintura moderna y europea las oposiciones violentas, en apariencia, de las pinturas japonesas, pero con el conocimiento del dibujo y del modelado que no se posee en Japón "

Tras mencionar algunas pinturas de aquel momento, Fol llegó a la conclusión de que precisamente con la obra que comentamos Fortuny había conseguido su anhelado propósito. En efecto, si en otras obras realizadas en Portici , los elementos decorativos procedentes del arte japonés ejercen de nuevo telón de fondo, en Los hijos del pintor en un salón japonés , el decorativismo se convierte hasta tal punto en el protagonista principal de la obra que la propia composición ( en un formato extremadamente apaisado , al que contribuye la horizontalidad del diván ) parece simular un biombo japonés , con mariposas y ramas de arbusto al fondo . Al mismo tiempo, el pintor consigue una serie de acusados contrastes mediante la oposición  de la figura del niño, sentado entre cojínes y sedas de gama fría, y la de la niña, que por el contrario, aparece recostada sobre un almohadón rojo de nueva gama cálida . Se trata, pues, de una pintura concebida por su autor como un ejercicio pictórico puro sin concesión alguna al argumento, y en definitiva, como la obra que mejor permite especular sobre el camino que hubiera seguido Fortuny de no haber muerto pocos días después de abandonar Paris


Mercedes Tamara 
28 -julio-2013



Bibliografía : 100 Obras Maestras del Museo del Prado

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