miércoles, 4 de marzo de 2015

EL SEGOVIANTO IGNACIO ZULOAGA

EL SEGOVIANTO 1912

El segovianito
óleo sobre lienzo 200 x 168,5 cm
Colección privada




Ignacio Zuloaga (Eibar, 1870 – Madrid, 1945) procede de una familia de cuatro generaciones de artistas que ocuparon cargos distinguidos en la corte de los Borbones por sus conocimientos de armería y ornamentación. Muy joven decide dedicarse a la pintura y estudia a los maestros del Museo del Prado. Se desplaza a Roma con el mismo fin y recala en París en 1890, donde se casará nueve años más tarde con la bordelesa Valentine Dethomas. Frecuenta a artistas catalanes, Rusiñol, Casas, Utrillo; vascos, Uranga y los tenidos como tales Paco Durrio y Darío Regoyos; franceses, Morice, Dethomas, Degas, Gauguin y Toulouse-Lautrec.

Decide volver a España a trabajar y, en concreto, pasará en Sevilla largas temporadas desde 1893 hasta 1898. Se instala en un corralillo de la casa de la Feria donde únicamente viven familias gitanas. Confraterniza, entra en lo íntimo hasta tal grado que le piden apadrine hijos de vecinos. De ese mundo tan influyente, hermosas mujeres, zambras, guitarras, le cala el lenguaje que practicará de por vida, y su afición a los toros. Una alegre vida bohemia, más atractiva que la de París. Por mor de las tertulias taurinas, del trato con gentes de la lidia, la sangre juvenil le hierve e intenta entrar como protagonista en ese mundo febril de los toros

Este retrato de cuerpo entero y medida natural tiene un frescor en la pose, las formas y las combinaciones del color característico de los carteles de las corridas de toros. Zuloaga pintó este cuadro al final de una época en la que insignes pintores , concretamente Toulousse-Lautrec en Francia y Ramón Casas en España habían creado magníficos carteles . Zuloaga, que en el año 1889 se encontraba en París , tuvo la ocasión de ver esos carteles en los quioscos de la ciudad . Además de las yuxtaposiciones cromáticas muy estridentes y el modelado que utiliza en El Segovianito , Zuloaga pone de manifiesto que conocía perfectamente su entorno artístico .

Zuloaga fue un retratista muy apreciado dentro de la alta sociedad . La obra que contemplamos posee una linea incisiva y una imagen contundente característica de su estilo que le confieren una originalidad que hace que sus retratos sean fácilmente reconocibles por el espectador . Además se da la circunstancia que el artista se había dedicado de muy joven al arte del toreo , pero que tuvo que abandonar por la presión que ejercía su madre para que abandonara esa actividad.

Mercedes Tamara ( autora )
4-03-2015

Bibliografía : Taurología , la afición taurina de Ignacio Zuloaga

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