martes, 10 de junio de 2014

RETRATO DE ENRIQUE VIII HANS HOLBEIN, EL JOVEN

RETRATO DE ENRIQUE VIII 1536
Retrato de Enrique VIII
óleo sobre madera 28 x 19 cm
Museo Thyssen-Bornemisza , Madrid



El estilo de los retratos de Hans Holbein, el Joven  ( h 1497-1543 ) , tan realistas como detallistas, crea una presencia tan fuerte que sus modelos se erigen en representantes de la Europa del siglo XVI y han acabado por encarnar la imagen y ambiente de la Reforma en la imaginación colectiva. 

Una de las principales obras de Holbein- que entró al servicio del rey de Inglaterra hacía 1533- `para su benefactor Enrique VIII fue un retrato dinástico del grupo donde este aparece con su tercera esposa , Jane Seymour, y sus padres. Enrique VI e Isabel de York.Probablemente se lo encargaron para conmemorar el nacimiento de Eduardo, hijo de Enrique y futuro Eduardo VI. 

Este cuadro, destruido en 1698 durante un incendio del palacio de Whithehall, celebra los triunfos de la dinastia Tudor. La figura de Enrique sirvió de modelo de muchos retratos posteriores de Holbein, incluido este. La costumbre de este artista de no pintar del natural, sino a partir de dibujos, , era fruto de la presión ejercida por sus muchísimos encargos como retratista de corte. El resultado es que muchas de sus obras posteriores, como el Retrato de Enrique VIII tienen un estlo muy lineal y gráfico .

Holbein terminó el retrato más o menos en la época de la ejecución de Ana Bolena y la disolución de los monasterios. Es un buen ejemplo de su justo equilibrio entre la descripción individual y la imagen ideal. La cara plana de Enrique y sus pequeños ojos desconfiados recogen con realismo su especial carácter , mientras que sus ropajes, finamente bordados con hilo de oro, profundizan en su autoridad real.

Mercedes Tamara
10-06-2014


Bibliografía : Colección Carmen Thyssen del Museo Carmen Thyssen , Madrid

jueves, 5 de junio de 2014

VISITACIÓN EL GRECO

VISITACIÓN 1608-1613
Visitación
óleo sobre lienzo 98 x72
Iglesia de San Vicente , Toledo




En el contrato, se le pedía al Greco una visitación de forma circular para la bóveda de la capilla " como en Illescas ". A pesar de ello, nunca llegó a ser colocada en el emplazamiento original , pasando a la iglesia de Santa Clara de Daimiel , desde donde fue vendida.

Nuevamente, El Greco adopta la perspectiva forzada de abajo hacía arriba proyectando las figuras contra un horizonte en el que se recortan sus angulosos perfiles . Lejos de la imagen familiar y cercana con la que esta escena había sido tratada en el arte español. El Greco da vía libre a la interpretación más dramática. Todo en ella rezuma angustia, especialmente la monumentalidad distorsionada de las dos mujeres, de rostros velados y bañados en reflejos blanquecinos, lunares.Hay en ello un leve recuerdo de la Visitación pintada por Pontorno para la iglesia de Carmignano si bien aquí todo es crepuscular. También la cercanía al borde de la composición aumenta el desasosiego de la obra , enmarcada levemente por la referencia arquitectónica del segundo plano.

La capa de color es muy leve , tanto que para algunos especialistas se trata de una preparación previa ya que en muchos puntos se distingue la imprimación rojiza usada por el pintor para sus composiciones , lo que ha hecho suponer que era una obra inacabada ( WETHEY, 1967 )


Mercedes Tamara
5-06-2014


Bibliografía :El Greco El pintor humanista : Obras completas Edic Libsa