lunes, 1 de septiembre de 2014

NIÑOS COMIENDO DE UNA TARTERA BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO

NIÑOS COMIENDO DE UNA TARTERA 1670-1765
Niños comiendo de una tartera
óleo sobre lienzo 123,3 x 102 cm
Munich, Alte Pinakothek



El tipo de pintura de género infantil que Murillo pinta en la década de los años setenta está bien representado en la Alte Pinakothek a través de tres obras de gran calidad entre las que se encuentra este óleo.

Aunque la atmósfera del cuadro puede recordar a Niños comiendo uvas y melón , pintado más de quince años antes y también en el mismo museo ,hay notas que diferencian las dos obras. Si los personajes de la pintura más antigua eran espléndidos modelos de pintura naturalista , ahora los niños que comen de la tartera son figuras más idealizadas, pintadas con mucha más gracia.

Con todo, la caracterización psicológica de los personajes es igualmente verídica, siendo éste uno de los aciertos de Murillo a la hora de pintar escenas infantiles. Asimismo , el espíritu alegre pero con notas de melancolía de los dos niños harapientos del primer cuadro de Munich ha dado paso a un optimismo infantil , que estará muy en boga en la pintura del siglo XVIII ,y, convertirá a estas pinturas en auténticos tesoros para coleccionistas.

Si en el primer cuadro de los dos golfillos comían con glotonería hasta hartarse porque habían dado con un melón y unas uvas, ahora han convertido el festín en un verdadero juego , porque nada parece faltarles, como indica la cesta de frutas y el pan del primer plano . El de la izquierda pretende meterse un trozo de pastel en la boca desde una cierta distancia , mientras su compañero lo contempla divertido y expectante. Junto a los chiquillos, el perro, compañero inseparable de los niños en este tipo de pinturas, permanece atento a ver si cae algún pedazo de pastel. La diferencia estilística entre los dos cuadros mencionados es también notable . Esta pintura es más colorista, de iluminación más cálida y pincelada suelta que desdibuja los contornos



Bibliografía : Murillo , " Biblioteca El Mundo " 


Mercedes Tamara
1.09-2014

1 comentario:

  1. Después de algún tiempo de incomprensión
    y olvido, manifestado especialmente a
    comienzos del siglo XXI, la figura de
    Murillo ha recuperado su justa valoración,
    lejos de los delirios decimonómicos que lo
    colocaban en la cúspide de la ceatividad
    artística, pero distante también de la condición
    de pintor almibarado y relamido que se
    otorgaba hace ahora cien años.

    Para mantener esta apreciación equilibrada
    es necesario, sobre todo, partir del
    conocimiento de las circunstancias
    históricas , sociales, económicas,
    religiosas que se dieron en Sevilla en
    el tiempo que vivió y pintó Murillo y
    también saber luego apreciar las
    vicisitudes de su fama en épocas
    posteriores, cuando su obra proyectó
    con fuerza sobre el gusto artístico
    de los siglos XVIII Y XIX

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