jueves, 20 de junio de 2013

LA MUSA GITANA JULIO ROMERO DE TORRES

LA MUSA GITANA 1908

La musa gitana
óleo sobre lienzo 97 x 158, 8 cm
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia, Madrid













La musa gitana ( 1908 ) fue la primera medalla en la Exposición Nacional . En estos concursos nacionales , organizados desde 1856, la presencia de este asunto era escasa y estaba vinculado a los temas mitológicos y bíblicos. Con este galardón , el jurado de la Exposición Nacional daba un paso al frente en una apuesta por una cierta modernidad , premiado por primera vez un osado desnudo. El camino estaba preparado porque era una temática reivindicada. En su discurso de ingreso en la Academia Real de Bellas Artes de San Francisco en 1900, Jacinto Octavio Picón , abordó el tema de la escasa representación del desnudo en la tradición española. Efectivamente, no había sido un motivo usual,pero a finales del siglo XIX si que era un asunto frecuentado por los más diversos pintores. 




La modelo de la obra fue la cordobesa Ana López, cuyo apodo era " Carasucia " Ella también sirvió de inspiración para Carmen y Vividoras del amor. Ana López vendía flores en algunos cabarés nocturnos de Córdoba y había llamado la atención del pintor por la belleza y proporción de su figura . La musa gitana aparece tumbada sobre su propio vestido . Las sábanas y las blandas telas  sobre las que la tradición situó otras bellas damas han sido sustituidas. Símbolo quizá, de, cómo el cuerpo mancilla la pureza de lo blanco, e incluso de la rapidez con la que se ha desvestido la modelo , en un momento pasional, que no ha dejado tiempo para colocar la ropa ordenadamente. Puede ser también una demostración de lo que Carlos Reyero comenta sobre el término desvestida.el momento en que el cuerpo desnudo se revela con la intención de que sea visualmente reconocida. Las diosas de antaño estaban desnudas en su ambiente, incluso entre la naturaleza, pero su posición corpórea no estaba condicionada por la mirada ajena, era independiente de ella. Existían más allá del poder de la mirada. Ana López, sin embargo,posa para ser contemplada.

Su piel aparece aterciopelada, lisa y pulida, iluminada frontalmente, de forma envolvente y uniforme , devuelve la luz que recibe . Está echada y apoya su cara en una mano, con actitud de indolencia, e incluso de hastiado abandono Tras el cuerpo desnudo , aparece un hombre en la oscuridad, como una sombra, con la guitarra en la mano y la mirada dirigida hacía el espectador . No la está mirando . Al fondo, el paisaje de la ciudad, el río abriéndose paso y las montañas que la rodean y perfilan un celaje con la escasa luz que queda del ocaso. El paraje que puede contemplarse son los Jardines de la Caleta, en el Campo de la Verdad, donde se celebraba en Córdoba los concursos de flamenco en el siglo XIX . Frente a éste se encontraba el Molino de Martos, nombre que designaba el lugar donde iba la población a refrescarse a orillas del río, cuando  las aguas bajaban limpias de Sierra Morena, es decir, era en su momento una zona frecuentada y popular.

Las lineas suaves del cuerpo femenino coinciden con las del horizonte, acentuada esta forma apaisada por la linea del brazo, que se apoya extendido sobre sus caderas. El color oliváceo de su piel y su pelo oscuro la identifica como una mujer del sur. En el cuello tiene una gargantilla de coral , como tenía Olimpia un coqueto lazo en el cuadro de Manet

Mercedes Tamara 
20 -junio-2013


Bibliografía : Julio Romero de Torres : Entre el mito y la realidad, Edic Carmen                                Thyssen Bornemizsa

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