MUJER DEL TAMBORIL VESTIDA A LA TURCA 1736-1743
Mujer del tamboril vestida a la turca óleo sobre lienzo 63,5 x 48,5 cm Ginebra, Musée d´Art et d´ Histoire |
Durante su estancia de cinco años en Constantinopla , adoptó usos y costumbres de Turquia. En Viena pintó a la familia de la emperatriz María Teresa y la célebre Bella chocolatera . Trabajó pintando retratos en Venecia, Lyon, París y Londres antes de establecerse definitivamente en su ciudad natal en 1757 . Liotard utilizó su característica paleta para representar con todo detalle un universo figurativo casi desprovisto de sombras, cuya pulida superficie revela el experto esmaltador que fue .
De 1738 a 1743 Liotard vivió en Constantinopla , donde aprendió la lengua turca y se familiarizó con la forma de vestir y de vivir de Turquia . La precisión de detalles de este lienzo le hace aparecer no sólo como un ciudadano observador , sino también como un técnico brillante . A pesar de que la fama de Liotard se basaba esencialmente en sus cualidades como pintor al pastel ,hizo de este mismo tema , además de un cuadro al pastel de ligeramente menor tamaño y también una réplica al óleo sobre lienzo, porque esta técnica le permitía resaltar otros aspectos.
Mientras que la superficie polvorosa y aterciopelada del pastel y sus tonos de color , determinados principalmente por el blanco , se presta especialmente a la representación aduladora de una parisina elegante , los atrayentes colores fuertes de los vestidos turcos resaltan con mayor intensidad en la técnica al óleo : los colores vigorosos , el brillo del brocado de oro , las irisaciones sedosas del pantalón bombacho . Todo está saturado de pigmentos de color y de luz.
Sólo el color de la carne presenta una reminiscencia de la pintura al pastel : es la cara cuidada y perfectamente maquillada de una francesa, en la que el gesto se diferencia claramente de la manera en que se reproduce el ropaje y el ambiente . La turquerie, una de las importaciones exóticas más de moda del rococó , no sólo es el objeto del cuadro , sino que también se pone en evidencia con la técnica empleada, pues el contraste entre el carácter del pastel y del óleo permite entender que se trata de una modelo disfrazada que ha de reconocerse como tal.
Liotard había conocido las metrópolis europeas y había retratado al papa Clemente XIII y la emperatriz Maria Teresa antes de volver a su Ginebra natal donde se dedicó a retratar a laa alta sociedad . Con una cierta satisfacción de sí mismo, en sus memorias hace especial hincapié en sus retratos del concejal François Trouchín , miembro de una de las familias más antiguas y de mayor fortuna de la ciudad , y de su esposa.
De 1738 a 1743 Liotard vivió en Constantinopla , donde aprendió la lengua turca y se familiarizó con la forma de vestir y de vivir de Turquia . La precisión de detalles de este lienzo le hace aparecer no sólo como un ciudadano observador , sino también como un técnico brillante . A pesar de que la fama de Liotard se basaba esencialmente en sus cualidades como pintor al pastel ,hizo de este mismo tema , además de un cuadro al pastel de ligeramente menor tamaño y también una réplica al óleo sobre lienzo, porque esta técnica le permitía resaltar otros aspectos.
Mientras que la superficie polvorosa y aterciopelada del pastel y sus tonos de color , determinados principalmente por el blanco , se presta especialmente a la representación aduladora de una parisina elegante , los atrayentes colores fuertes de los vestidos turcos resaltan con mayor intensidad en la técnica al óleo : los colores vigorosos , el brillo del brocado de oro , las irisaciones sedosas del pantalón bombacho . Todo está saturado de pigmentos de color y de luz.
Sólo el color de la carne presenta una reminiscencia de la pintura al pastel : es la cara cuidada y perfectamente maquillada de una francesa, en la que el gesto se diferencia claramente de la manera en que se reproduce el ropaje y el ambiente . La turquerie, una de las importaciones exóticas más de moda del rococó , no sólo es el objeto del cuadro , sino que también se pone en evidencia con la técnica empleada, pues el contraste entre el carácter del pastel y del óleo permite entender que se trata de una modelo disfrazada que ha de reconocerse como tal.
Liotard había conocido las metrópolis europeas y había retratado al papa Clemente XIII y la emperatriz Maria Teresa antes de volver a su Ginebra natal donde se dedicó a retratar a laa alta sociedad . Con una cierta satisfacción de sí mismo, en sus memorias hace especial hincapié en sus retratos del concejal François Trouchín , miembro de una de las familias más antiguas y de mayor fortuna de la ciudad , y de su esposa.
Mercedes Tamara
28 julio 2012
Bibliografía: El Rococó, Edic Taschen
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