NARANJAS Y LIMONES 1928
Naranjas y limones óleo sobre lienzo 104 x 74,5 cm Museo Julio Romero de Torres, Córdoba |
En la primavera de 1928 Romero de Torres no se encuentra bien de salud y, creyendo que es debido al cansancio, deja de pintar. Para distraerse, sale a pasear muchas tardes, pero su salud no mejora. Se pone en manos de los médicos, diagnosticándosele una grave dolencia hepática, posiblemente cirrosis, debido a su afición a la bebida. Entre las obras realizadas este año destaca Naranjas y limones, una peculiar representación del tradicional bodegón.
Frente al frío bodegón de frutas y flores, Romero nos presenta una representación mixta de figura humana y naturaleza muerta. La modelo profesional de origen francés Asunción Boue aparece con el torso desnudo, sosteniendo entre sus manos y su pecho unas naranjas, formando parte así la fruta del protagonismo de la composición. Los limones que dan título a la obra serían los pechos de la mujer. De esta manera, el maestro representa el erotismo femenino, insinuante, con las frutas tapándose o tratando de taparse el pecho, sugiriendo más que mostrando.
Técnicamente, Romero sigue haciendo gala de su exquisito dibujo, de un acentuado interés por los pliegues, de los contrastes entre luces y sombras provocados por una intensa luz dorada, trabajando con un sfumato que recuerda al Renacimiento mientras que los paños mojados son una referencia evidente al clasicismo griego. Un vez más, se pone de manifiesto la modernidad de las obras de Romero, a pesar de que durante mucho tiempo han sido vistas como un poso retrógrado en el arte español, especialmente por su folclorismo.
Frente al frío bodegón de frutas y flores, Romero nos presenta una representación mixta de figura humana y naturaleza muerta. La modelo profesional de origen francés Asunción Boue aparece con el torso desnudo, sosteniendo entre sus manos y su pecho unas naranjas, formando parte así la fruta del protagonismo de la composición. Los limones que dan título a la obra serían los pechos de la mujer. De esta manera, el maestro representa el erotismo femenino, insinuante, con las frutas tapándose o tratando de taparse el pecho, sugiriendo más que mostrando.
Técnicamente, Romero sigue haciendo gala de su exquisito dibujo, de un acentuado interés por los pliegues, de los contrastes entre luces y sombras provocados por una intensa luz dorada, trabajando con un sfumato que recuerda al Renacimiento mientras que los paños mojados son una referencia evidente al clasicismo griego. Un vez más, se pone de manifiesto la modernidad de las obras de Romero, a pesar de que durante mucho tiempo han sido vistas como un poso retrógrado en el arte español, especialmente por su folclorismo.
Mercedes Tamara
25 julio 2011
Bibliografía : Julio Romero de Torres Entre el mito y la realidad Colecc Carmen Thyssen
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