miércoles, 11 de septiembre de 2013

UN PAÍS CERCANÍAS DE AZAÑÓN MARTIN RICO

UN PAÍS CERCANÍAS DE AZAÑÓN 1859
Un país, cercanías de Azañón
óleo sobre lienzo 82x 160,3 cm
Madrid, Museo Nacional del Prado






El cuadro es el de mayores dimensiones que pintó Rico durante su primer período en España . Es fruto de una campaña realizada en la localidad de Azañón, cerca del municipio de Trillo ( Guadalajara ) en la Alcarria, junto con su amigo, el también paisajista Serafín Avendaño ( 1837-1910 ) En sus memorias, el artista creía haber llevado a cabo esta campaña en 1857, pero también indicaba que cada uno había cuidado de no ver los cuadros del otro para no verse influido, dada la proximidad del concurso de la pensión del paisaje , que se convocó mucho después en 1861. En todo caso dada la evolución que muestra con su obra anterior , el cuadro ha de ser al menos de 1859.


La pintura supone, en efecto, un jalón importante en la trayectoría de Rico. El protagonismo que los fondos montañosos tienen en sus primeros trabajos se hace aquí menor. Sin embargo, las montañas , en este caso la sierra de Umbría Negra , cuyos perfiles y morfología estudió en otro lienzo, aparecen también  con un declive hacía la derecha , lo mismo que en Un paisaje del Guadarrama en tonos azulados mucho menos intensos que los que la crítica le había reprochado en aquella obra dado que el artista evitó aquí el atardecer. Por otra parte, modificó el paisaje a su gusto y eludió la representación del pueblo , que bajo este punto de vista había debido aparecer, para representar un terreno arbolado en torno a un río próximo al Tajo, que pasa cerca de allí.


En esta primera presencia de un curso de agua en su obra , asunto que sería el más importante en su producción posterior, se advierte ya la captación de los reflejos a través de las pinceladas verticales , que en seguida perfeccionaría en sus obras de la Casa del Campo. La composición que, según un recurso común en el paisajismo de la época, se articula en torno a los meandros del río , revela una serenidad ya propia de su obra de madurez. Tres figuras-en primer plano un anciano pastor junto a un rebaño y, a la derecha , una mujer-señalan el interés del artista por animar el paisaje como es frecuente en toda su obra posterior. La asimilación por Rico de la naturaleza que estudiaba , muy distinta aquí a los ámbitos en los que había trabajado anteriormente, le hizo interpretar con acierto las tierras ricas en arcilla , características de la Alcarría y los bien marcados volúmenes de su variado paisaje , con una armonía de rojizos y anaranjados que tiene su contrapunto commplementario en los verdes de los árboles. El estudio de las luces resalta los elementos del paisaje y diferencia  los reflejos de la vegetación del fondo del río de los de su orilla izquierda ,  más oscuros, que, junto con las sombras oblicuas del primer término a la izquierda crean un cierto dinamismo en la composición.


Con el mismo motivo y título que esta obra se conoce también otra pintura presentada igualmente en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1860 y que fue el primer cuadro de su autor vendido a un coleccionista , el duque de Montpensier que lo adquirió por indicación del pintor Federico de Madrazo (1815-1894 ) antiguo profesor de Rico, en quinientos reales. Su composición estrechamente relacionada con la mitad derecha del cuadro del Prado , revela, también, parecido vigor y la misma nitidez del colorido y puesto que su horizonte es aún más alto, una plasticidad todavía mayor.


Mercedes Tamara 
11-09-2013

Bibliografía : El paisajista Martin Rico Museo Nacional del Prado




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